Transparencia en Salud, caso especial en cirugía estética

La situación

El sector salud es uno de los ámbitos más susceptibles donde médicos y pacientes deben mostrar una máxima transparencia en las pruebas realizadas.
Ambas partes necesitan seguridad y sinceridad ante todo para que la relación no sea accidentada.Cuando esta relación médico-paciente no está bien desarrollada es cuando se producen las desavenencias y denuncias.

El caso que nos ocupa hace referencia específica a la medicina estética y la cirugía plástica.

El reto

“Según la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE), en España se realizan cada año más de 201.000 intervenciones de cirugía plástica, un concepto que incluye la cirugía reparadora y la estética.

En la sanidad privada española existen cerca de 9.000 médicos que realizan este tipo de operaciones, de los cuales poco más de 1.200 cuentan con una titulación homologada”. Datos 2016.

Así pues, aunque tenemos muy claro que al cirujano ordinario no se le exige una obligación de resultado, la duda surge cuando se trata de una intervención voluntaria o satisfactiva pues este tratamiento u operación viene dado por las exigencias del paciente y es éste quien solicita unos resultados que podrán estar influyendo en la metodología y libertad del profesional.

Esta duda viene resuelta en España por el Tribunal Supremo en su sentencia STS 1639/2016 – ECLI: ES:TS:2016:1639 al respecto, dictaminando que “ …la información recibida en la que al paciente se le advierte de los riesgos de la operación, que finalmente se materializaron, pese a lo cual decide someterse a ella. La cirugía estética o plástica no conlleva la garantía del resultado y si bien es cierto que su obtención es el principal objetivo de toda intervención médica, voluntaria o no, y la que la demandante esperaba, el fracaso no es imputable al facultativo por el simple resultado, como aquí se ha hecho, prescindiendo de la idea subjetiva de culpa, a la que no atiende la sentencia que pone a cargo del profesional médico una responsabilidad objetiva contraria a la jurisprudencia de esta Sala…”

El cirujano debe advertir de todos los riesgos de la operación y de la imposibilidad de la cirugía estética de alcanzar resultados concretos. Ahora bien, cuestión distinta es si se hubiese garantizado un resultado concreto al paciente, en cuyo caso sí se exigirá que se cumpla tal resultado prometido.

Además toda la documentación médica y especialmente la relacionada con la cirugía y el sector salud debe estar cifrada para cumplir con la RGPD y la LOPDGDD en términos de conservación de los datos y comunicaciones con pacientes, personal y proveedores.

Es imprescindible que ambas partes dispongan de las pruebas fotográficas y los diferentes documentos firmados que se realicen antes de la intervención.

Además, estos documentos deben de tener relevancia legal, integridad y sellado de tiempo.

La solución

Debido a que la mayoría de las pruebas son en formato digital, desde nuestra herramienta Certifydoc es muy sencillo certificarlas al momento y obtener los archivos generados por email. Además, no habrá que preocuparse por la privacidad de las comunicaciones ya que nuestra herramienta está diseñada para el cifrado según la normativa vigente.

Así pues, el médico será quien reenviará dicho mail cifrado y certificado al paciente garantizando la relación de estrecha confianza.

Pasado el periodo protocolario de tiempo, se procede a la nueva realización de pruebas fotográficas con el resultado de la intervención. Será en este momento cuando puedan surgir conflictos y malentendidos debidos a que los resultados de la intervención son una delicada balanza entre expectativas personales y los riesgos e imprevistos de una cirugía estética.

En Certifydoc facilitamos la herramienta para contribuir en la transparencia de los procesos y la consiguiente satisfacción entre médico y paciente.